
Del llamado de Alfonsín a constituir la Unidad Nacional…… De ese llamado, desde constructos de la Constitución de 1853, Constitución de un país- grieta mediante-, ya que Buenos Aires no concurrió con sus constituyentes a tan histórica sanción constitutiva y que, desde ya, no cedió su terruño, la ciudad puerto de Buenos Aires. Para ello, tuvo que aplazarse la consolidación de la Organización Nacional a los tiempos de 1880 con la nacionalización de la ciudad de Buenos Aires y el genocidio del desierto mediante bajo la figura del hombre del momento histórico, Julio Argento Roca, el hombre que supo- bajo el slogan “paz y administración”-, imponer un régimen político fraudulento y de explotación durante años. Actualmente, nos encontramos con el llamado del candidato Massa (+A) a conformar (de salir triunfal en las elecciones de segunda vuelta, el ballotage), un Gobierno de Unidad Nacional.
¿De qué Unidad Nacional nos habla el candidato?
Por otro lado, al llamado del candidato león, gatito mimoso de los poderosos, de romper con todas las conquistas y lo bueno que supimos conseguir y construir.
Un llamado del “mal llamado” candidato libertario, en nombre de “su-lei”, la ley del mercado, la ley del sálvese quien pueda en el país, de la patria en peligro, de ese modelo, de la derrotada Patricia Bullrich. Claro está ahora reciclada en el mal llamado espacio libertario en pos de vencer o “destruir” al Kirchnerismo.
Recuerdo y más aún hoy 30 de octubre, recuerdo aquel 30 de octubre de 1983, recuerdo la explosión de alegría, de júbilo, los parlantes a todo volumen en las disquerías con el tema de Piero: “para el pueblo, lo que es del pueblo”. Recuerdo allá en los terruños de San Rafael, mi ciudad natal, del nacer a la vida, esa ciudad natal que unos pocos años atrás vitoreaba al dictador genocida Jorge Rafael Videla en visita por el ejido municipal. Hoy, a casi 33 años de transitar por La Puntanía, desde una ciudad de otro tipo de nacimiento, el nacer al pensamiento propio en ayuda de docentes mentores en la UNSL.
Ahora bien, intentando desentrañar ante la coyuntura de elecciones presidenciales en la segunda vuelta, es que deseo expresar en este escrito, no tan personal, sino en cierta medida colectivo, puesto que es un escrito desde mi espíritu de peatón que deambula por la ciudad y algunos espacios no tan urbanos (por ejemplo, el espacio del salto de la moneda, en Potrero de los Funes), pero con la presencia de ciudadanos que piensan, que toman partido, que se interesan por la política, espacios desde el espacio del colectivo, transporte de los de a pie, espacio de aquellos/as que a pesar de tomarse un descanso dominical, no se toman descanso para dar su opinión ante semejante disyuntiva que nos propone esta ansiada segunda vuelta electoral presidencial.
Tal como expresaba líneas arriba, es que remontando esos llamados, como nos enseñan esas especies de vertebrados acuáticos de respiración branquial que presentan extremidades en forma de aletas- especies que se adaptaron a la sustentación y locomoción en medios acuosos-, valga aquí la analogía con la sociedad de modernidad líquida que atravesamos, es que voy o vamos a expresar ciertos pareceres:
El candidato empoderado del stablishment, Sergio Massa, un candidato que construir su espacio, un candidato que se preparó toda la vida para llegar a la Primera Magistratura, un candidato que suma, que pretende en su llamado a conformar (victoria mediante) un Gobierno de Unidad nacional del Consenso Extractivista. Un candidato que no se entrevistó con los representantes del Tercer Malón de la Paz, esos soberanos jujeños que desembarcaron en la ciudad de Buenos Aires para reclamar por la inconstitucional Reforma de la Constitución de la Provincia de Jujuy, reforma propiciada por el mismo radical Gerardo Morales con sus amigos del peronismo, a favor de Extractivismo del litio, del abuso y contaminación de las aguas y del corrimiento de los pueblos originarios de sus tierras ancestrales, tierras comunitarias y sagradas.
Claro está que no se entrevistó con representantes de los pueblos originarios, puesto que uno de los llamados al convite de ese eventual Gobierno de unidad, sería- creo que ya están adivinando-, el mismísimo Gerardo Morales. Creemos que tal llamado implicaría algo así como una parodia de la formidable novela de George Orwell, Rebelión en la Granja, el llamado a un gobierno de ovejas, de pingüinos, de patos, de perros bull-dogs, de morsas y vaya a saber, quizás también de leones rugientes y de gatitos mimosos, que coquetean con las verdaderas castas del poder real.
Por otro lado, la propuesta sin propuestas, el llamado del candidato Milei: un candidato, o mejor dicho la expresión de un espacio político autoritario (en palabras conceptuales del Psicoanalista argentino en España, Jorge Alemán), el portador de un inmenso despreció a la memoria de los argentinos, reivindicando el peronismo menemista ( mal que les pese a los peronistas que han llegado a hablar del menemato a secas). El portador junto con su candidata a Vice-Presidente, portadores del negacionismo de ese llamado Proceso de Reorganización Nacional, el Terrorismo de Estado, una Dictadura cívico-militar-eclesiástica y mediática al mejor postor.
Para amenizar al menos por unos instantes semejante tragedia, les proponemos el tema musical: Vamos a empezar de nuevo: cebollita y huevo, pan y libertad del recordado cantautor cuyano Jorge Marziali. Un vamos a empezar de nuevo intentando reparar y recomponer ese momento trágico cuando llegaron los chanchos y armaron tremendo zafarrancho que nadie podía arreglar y bueno, habrá que empezar de nuevo, cebollita y huevo, pan y libertad; libertad de los soberanos, no la libertad del mercado y sus representantes adeptos y adictos, como dice el maestro trovador: cuidado los olvidadizos no se vayan a olvidar pues, que una cosa es ser humano y otra es ser marrano para no recordar. Todo un llamado a recordar, a conmemorar tan funestas historias de nuestra historia, historias que no merecen de nuestra parte formar parte de esos fines de semana de turismo para unos pocos en desmemoria de historias significativas de nuestro país.
Un llamado a votar en blanco, no sería en primer lugar antidemocrático, puesto que sería expresión de soberanos ciudadanos empoderados desde el lugar de ser Oposición al sistema, una Oposición con voz y voto calificado. En segundo lugar, no sería un llamado zonzo, ya que iría en sintonía con construir un espacio de poder dentro del sistema democrático, un espacio de oponerse a tantas políticas públicas que atentan precisamente contra esta Democracia que supimos conseguir.
Posdata: me ha llamado poderosamente la atención que desde distintos colores políticos me hayan expresado que si bien no son, ni serían de izquierda, es que en los debates presidenciales reconocen la inteligencia y claridad de las propuestas de la candidata del Frente de Izquierda Unidad, la “rusa” Myriam Bregman: será que además de las propuestas, es la única que se anima a plantarse al sistema de la “casta política”, a los gatitos mimosos del mercado y el oportunismo malmenorista de este sistema.